Hablar sobre cambio climático en términos apocalípticos anula la imaginación de tus alumnos y les empujas al inmovilismo. Nosotros ya lo hemos vivido, llevamos muchos años oyendo este tipo de mensajes que finalmente generan incredulidad e, incluso, indiferencia. La continua amenaza con las cosas horribles que pueden pasar hace que rechacemos hablar del tema y que prefiramos obviarlo. Como dicen los científicos Fernando Valladares y Emiliano Bruner en este interesante artículo “una decisión tomada por miedo nunca es sabia, nunca es fuerte y, sobre todo, nunca es libre.”.
Si queremos generar un impacto diferente en la nueva generación, tenemos que transmitir un mensaje positivo afirmando que si actuamos ya podremos salir triunfadores de esta batalla. Ayudémosles a construir una historia en la que tenga sentido trabajar juntos ante el cambio climático para generar un mundo más sostenible y justo. En el punto en que estamos ahora es mucho más interesante apelar al optimismo para empoderar la acción climática infantil y juvenil.
En este enlace puedes encontrar otra noticia completa sobre este tema donde Per Espen Stoken, director del Centro de Crecimiento Verde de la Escuela de Negocios de Noruega, amplía este mensaje.