21 de junio: Día Internacional del Sol
Coincidiendo con el solsticio de verano, el inicio de las vacaciones para los alumnos y el día más largo del año, hoy se celebra en el hemisferio norte el Día Internacional del Sol, con el objetivo de mostrar y concienciar a la población del papel del Sol en nuestra existencia y promocionar y apoyar las fuentes de energía renovable, es decir, aquellas que no se agotan.
El Sol es la estrella más grande de nuestro sistema, pero no del Universo. Gracias a ella, en la Tierra hay vida y podemos, además, aprovechar la energía que nos ofrece en diversas formas. Los rayos del sol nos proporcionan luz y calor, lo que permite la vida de animales y vegetales, pero también posibilita el desarrollo de grandes avances tecnológicos.
Como fuente de energía renovable, podemos distinguir varios tipos, dependiendo de la forma en la que se obtiene y se usa esta energía o, más concretamente, según la tecnología que se usa para obtenerla, almacenarla, distribuirla y utilizarla. Así, encontramos la energía eólico-solar, la solar activa, la pasiva, la híbrida, la fotovoltaica, la térmica y la termoeléctrica.
El tema del uso de las energías, especialmente de las renovables, se aborda en diferentes recursos didácticos recogidos en los bloques de Introducción al cambio climático y Energía y movilidad, como Enseñamos a ser consumidores responsables, ¿Consumimos lo que necesitamos? y otros que serán publicados próximamente. Cualquiera de estos recursos que encontrarás en Educaclima, nos ayudará a trabajar la importancia del Sol y de la energía solar -y otras renovables- en las aulas de las diferentes etapas educativas.
La energía asequible y no contaminante supone el séptimo de los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda de las Naciones Unidas para 2030. Según datos proporcionados por este propio organismo, la inversión mundial en energías renovables entre 2007 y 2017, que ascienden a 2,7 billones de dólares, ha aumentado del 5,2 % al 12,1 % la proporción mundial de electricidad generada por energía eólica, solar, geotérmica, marina, de biomasa o por conversión de residuos a energía, y de pequeñas centrales hidroeléctricas. Con estos datos en la mano, es evidente que debemos seguir trabajando y sensibilizando sobre la importancia de este tipo de energías, ya que la energía es el factor que contribuye principalmente al cambio climático y representa alrededor de dos tercios de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.